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Show P .8 ! V I D A > D E L 23 A L 29 D E J U L I O D E L 2009 NOTICIAS DIARIAS EN WWW.AHORAUTAH.COM La luna desde el lienzo de un astronauta *.,& 1 Con polvo lunar y memorias de otro mundo, Alan Bean plasma las historias y vivencias del Apolo XII en pintura. JACQUELYN MARTIN | THE ASSOCIATED PRESS Alan Bean, astronauta de la misión lunar Apolo XII, se perfila frente a dos de sus pinturas inspiradas por su paseo lunar. La exhibición “Pintando el Apolo: primer artista en otro mundo” es la más extensa muestra del trabajo del pintor hasta la fecha. LUCÍA LEAL EFE #/-"!5%,25 1 Aquellos que vieron ante el televisor los primeros pasos del hombre sobre la luna tienen la posibilidad de repetir la experiencia, esta vez ante un lienzo: el de Alan Bean, el único artista que ha caminado sobre la superficie del satélite. Tras 18 años en la NASA, nueve viajes al espacio y un paseo por la luna en la misión “Apolo XII”, que sucedió el gran éxito de Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins en 1969, Bean, que fue a la luna en la siguiente misión, decidió presentar su renuncia para dedicarse a pintar la experiencia de estar fuera de la Tierra. Veintiocho años después, coincidiendo con los actos conmemorativos del 40 aniversario de la llegada del hombre a la luna, Bean se ha reservado un pequeño pero transitado espacio en el Museo del Aire y el Espacio de Washington. Bajo el título “Pintando el Apolo: primer artista en otro mundo”, el museo expone 43 de los cuadros en los que este astronauta de 77 años homenajea a otras grandes figuras del espacio, o recrea la sensación de ver la tierra a 383,000 kilómetros de distancia. “Cuando pisé la luna aún no tenía alma de artista. Poco a poco, he ido aprendiendo que los artistas pueden pintar cosas que nunca sucedieron en realidad, o que serían imposibles”, explicó Bean. A lo largo de tres décadas, el cielo de sus cuadros se fue volviendo cada vez más azul, y sus lienzos se fueron llenando de pisadas de botas, trocitos de su propio traje espacial, y motas de polvo lunar que quedaron impregnadas en el tejido. Con la idea de que sus pinturas transmitieran “una sensación lunar, y no terrestre”, Bean utilizó el martillo lunar y las botas espaciales para crear texturas que recuerdan a los cráteres del satélite, con los acrílicos como apoyo y el impresionismo como referencia. Pero lo que realmente preocupaba a Bean era cómo contar las historias, tanto las que compartió a bordo del Apolo XII como las que soñó con vivir. “Puedes contar las cosas exactamente como fueron, o pintar historias que significan algo para ti”, afirmó. Por eso, su cuadro predilecto, el que más le costó donar a la colección del museo, se recrea en un imposible: el de que los tres miembros de la misión espacial pisen al mismo tiempo la luna. “Yo era el novato en el Apolo XII”, recordó. “El comandante Dick Gor- don tenía mucha más experiencia, y aún así yo fui el elegido para pisar la luna. Su momento iba a llegar con el Apolo 18, pero nunca llegó a despegar. Quise darle una oportunidad a través del arte”, explicó. La mayor muestra hasta la fecha de este artista que ocupó portadas en las revistas Life y Time permanecerá hasta enero de 2010 en el museo, uno de los más visitados del mundo. Quizá no sea la última exposición, ya que, a los 77 años, Bean se ha planteado una nueva misión: completar entre 200 y 250 pinturas en su vida. Por ahora, ya lleva 162. Un vistazo a la vida cotidiana de hace 1,500 años *.0+&272%4/ &5 36$!)2 1 Revelan el diario vivir de los antiguos habitantes de la zona lacustre del alto Lerma, en el valle de Toluca. EL UNIVERSAL '!+(/( (& 36$!)2 1 A lo largo de casi tres décadas (desde 1982), un grupo de investigadores del Instituto de Investigaciones Antropológicas, encabezado por Yoko Sugiura Yamamoto, ha logrado reconstruir, a partir de información etnográfica y excavaciones efectuadas en terrenos del pueblo de Santa Cruz Atizapán, el modo de vida que los habitantes de la zona lacustre del alto Lerma, en el valle de Toluca, llevaban hace unos 1,500 años. “Nosotros descubrimos que algunos asentamientos en el valle de Toluca están directamente relacionados con los recursos lacustres como fuente de alimentos. Encontramos evidencias de unos cuantas viviendas pequeñas y dispersas cerca de los ríos, que fe- chamos en el periodo llamado Formativo Temprano (12001000 antes de Cristo)”, dice Sugiura Yamamoto. La zona lacustre del alto Lerma se extiende unos 30 kilómetros en dirección norte-sur y unos 10 kilómetros en dirección este-oeste, y está formada por tres ciénagas. Islotes Entre los años 550 y 900, dentro de lo que hoy es la cié- naga de Chicnahuapan, los habitantes de la zona construyeron islotes o “bordos” para vivir, no para sembrar. La mayoría albergaba una o dos casas-habitación, pero había también unos cuantos más grandes. Durante el periodo Epiclásico (650-900), unos cien islotes fueron ocupados. La gran mayoría parece haber servido como unidades habitacionales domésticas, aunque otros más grandes quizá tenían una función pública. Vida familiar De acuerdo con Sugiura Ya- mamoto, se puede suponer que una familia promedio de la región lacustre del alto Lerma estaba integrada por los padres, dos o tres niños. A diferencia del trabajo de los niños, el de las niñas se relacionaba más con los tejidos, al igual que en otras sociedades mesoamericanas. Todos los miembros de la familia probablemente trabajaban el tule, con el que hacían petates, aventadores y otros objetos. Asimismo, iban a la laguna a recoger lo que necesitaban para la vida diaria, o bien para el intercambio de productos de los que no se disponía en la zona. Los conocimientos empíricos se transmitían de generación en generación y conformaban la base de su estrategia para cubrir sus necesidades. Por ejemplo, sabían que el mejor momento para capturar ranas era durante la noche. Por lo que se refiere a los ritos familiares, tenían que ver con la vida cotidiana, el nacimiento y la muerte, las festividades, la entrada en la adolescencia, y quizá la gente levantaba en sus viviendas altares dedicados a diferentes deidades. ¿SABÍAS QUE... Los adolescentes que eligen abstinencia tienen menos probabilidades de fumar o utilizar drogas y alcohol. |