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Show | LADA PA El legado « de William RehnquistOS comentaristas están evaluando el legado de William Rehnquist, presidente de la Cole , Suprema, quien murió la:semana pasada después de una batalla contra un cáncer de la =*: tiroides. Para muchos doublicaes, lo que Ronald Reagan fue proa la pa: William Retnquist lclo fue para el sistema judicial federal. Personalmente, yo no establecería esa comparación. Siempre pensé que Rehnquist fue más como Jesse Helms, el senador de Carolina del Norte que no ocultaba sus prejuicios. Tras graduarse de la Escuela de Derecho de la Universidad de Stanford, Rehnquist fue pasante de Robert Jackson, juez de la Corte Suprema. Durante su pasantía, escribió un memorando defendiendo el fallo tristemente famoso de la Corte, en 1896, en el caso Plessy vs. Ferguson— que establecía que proporcionar Servicios públicos * “separadas pero iguales” para blancos y negros era constitucional. Pero en 1971, durante las mismas ad de confirmación para el cargo de j juez MO E Rehnquist negó que el memorando de Plessy refléjata sus creencias personales. En 1986, cuando se lo confirmó como presidente de la Corte Suprema se le volvió a preguntar sobre el mem- orando—esta vez lo hizo el senador Joseph Biden de Delaware. Biden quería saber si Rehnquist pensaba que el fallo del caso Plessy debería haber sido revocado, pero Rehnquist evadió la pregunta y no se comprometió de una u otra manera. Sólo dijo que Plessy había. sido “una ley” durante décadas —fue revocado por el fallo de la Corte en el caso Brown vs. Junta de Educación—y que, al final, él no había Hegado a una conclusión” sobre si debía haber sido revocado. ) Tonto de mí. Pensé que “separados pero iguales” era un concepto bien Ea | O se estaba a favor de él o en contra. Rehnquist no pudo establecer su posición. En otro memorando a Jackson, generado por: un caso sobre los derechos elec- “torales referidos a una elección primaria “sólo para blancos” en Texas, Rehnquist se mofó desdeñosamente de lo que llamó la “búsqueda patológica de: la discriminación”. Está claro que Rehnquist no daba mucho valor a las quejas de algunos que decían ser víctimas de una trato desigual, por lo que nunca estuvo en una situación adecuada para remediar esa inequidad. E i Finalmente, Rehnquist se mudó a Fénix donde ejerció la práctica privada d su profesión. Encontró tiempo, en 1967, para presentar un argumento contra el - plan para acabar con la segregación en una escuela a del periódico The Arizona Republic. | o Ss Ruben Navarrete Jr. en una carta al editor Los años de Rehnquist en Arizona produjeron quizás las más notorias acusaciones contra él en el ámbito de los derechos civiles. Y quizás yo nunca las hubiera conocido de no haber pasado dos años en Fénix escribiendo para The Republic, a fines de los años 90. Las acusaciones se remontan a los años 30 y 60, cuando según varios testigos, Rehnquist hostigó a electores afroamericanos e hispanos en precintos donde las minorías eran mayoría, al sur de Fénix. Los testigos dijeron que Rehnquist, que formaba parte de un grupo privado llamado Operación Ojo de Águila, se acercaba a miembros de las minorías que esperaban en fila AD! su turno para votar y les preguntaba directamente si tenían el derecho de estar allí, si podían interpretar la Constitución, si podían hablar inglés o si eran ciudadanos de los Estados Unidos He aquí la forma en que The publ trató esas acusaciones esta semana, al señalar la muerte de Rehnquist: “También hubo actividades políticas en Fénix, tales como la actuación de Rehnquist Como - asesor legal de los contendientes” republicanos de las elecciones, asignados a varios centros electorales en la ciudad de 1958 a 1968. En las audiencias de confirmación de Rehnquist como juez y a de la Corte Suprema en 1971 y 1986, senadores demócratas liberales sostuvieron que Rehnquist había participado en “brigadas” que entraban como flechas en los precintos, el día de las elecciones, enfrentando - a negros e hispanos para intimidarlos y disuadirlos de su voto”. Como señaló el periódico, El - alcance de la participación de Rehnquist sigue siendo confuso” ya que Rehnquist negó haber acosado alguna vez a los electores. Pero, ¿por qué se tomaría esa gente todo ese trabajo? Es ete Los electores negros y marrones votaban a favor de los demócratas —lo que no hacía muy felices a an como Rehnquist. Algunos de estos electores presentaron denuncias formales sobre lo que dijeron que era una interferencia ilegal del proceso democrático. Una de las personas nombradas para investigar el caso fue James Brosnahan, ex asistente del fiscal federal, quien más tarde testificó ante el Congreso que cuando llegó a uno de los po encontró allí aa Behuquist Gladys So E ) i O Y! MALA y l MANAGI plazas E Sur América: Nelson Ramírez O o RMN ba AI A UE E, QS: MN donde se había presentado una denuncia E | |