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Show WISITE axaca, fiesta y mucho más calles, la vida transcurre apacible para los oaxaqueños. Las arcadas, la Catedral y el Palacio de Gobierno encierran una plaza con una asombrosa arboleda, y bancos de el medio de la plaza, los oaxaque- arabescos ños, vestidos con sus mejores galas, compran helados y tacos, mientras siguen con los pies el ritmo de las marimbas de los músicos callejeros. Los turistas, acodados en las mesas que rodean al zócalo “plaza principal de la ciudad” saborean un trago de mezcal y ven pasar, con indiferencia, verdes. Muchachas domingueras, familias numerosas y turistas rotan por el lugar. Por la mañana, los viajeros adormilados .se amontonan a desayunar en las mesitas de los * bares situados en la única vereda con sol, de las cuatro que rodean la plaza. Pero nadie promete fidelidad: estas mismas mesas quedarán los pequeños detalles de la vida pueblerina. . La ciudad de Oaxaca, ubicada al sur de la capital de México, conser- desiertas cuando el sol les retire sus bondades. va las mañas de pequeño pueblito, aqueños, que se sientan a tomar aire bajo los árboles, a escuchar la música de las bandas locales o a contemplar el espectáculo de los turistas. Más allá del zócalo se extiende la El atardecer es la hora de los oax- pese a sus 200.000 habitantes y al aire cosmopolita que le dan los miles de turistas que la visitan. Viajeros que llegan en busca de sus iglesias y casonas coloniales declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, del color de sus artesanías, de su exóti- ca gastronomía “que incluye un plato preparado con chapulines (grillos) fritos” y, sobre todo, de sus tradiciones indígenas. | Oaxaca es la capital del Estado del mismo nombre, tierra india por excelencia. Gran parte de la - población de este Estado no habla en castellano: alrededor de 200 dialectos sirven para comunicar a sus habitantes, que lucen más de 480 variedades de trajes típicos. Las ruinas arqueológicas de Monte Albán y Mitla, cerca de la ciudad de Oaxaca, dan testimonio de la importancia que tuvo esta región, habitada por zapotecas y mixtecas, en los tiempos precolombinos. peatonal Macedonio Alcalá, con sus casas coloniales, su empedrado de cantera verde y las montañas de la Sierra Madre del Sur que tapan el horizonte. El ritmo pausado y las casas bajas transmiten la falsa sensación de que el pueblo se reduce a unas cuantas manzanas. El centro El zócalo y sus alrededores Como en todas las ciudades mexi- histórico, que se puede recorrer a pie, concentra varios museos instalados en antiguos conventos y man- canas, la ciudad late en el zócalo siones coloniales. (plaza principal). Entre sus cuatro El Museo Rufino Tamayo, en una “techo cubierto en láminas doradas que representan el árbol genealógi- co del santo. Si no se tratara de un templo religioso, uno podría decir que el interior produce un efecto psicodélico: un calidoscopio de del conquistador, está el Museo de * hojas doradas que alternan con retratos circulares. ds Arte Contemporáneo, que expone - Al lado, donde antiguamente se obras de artistas modernos. - La Casa de Benito Juárez, presi- alojaba el convento, se encuentra el dente mexicano hacia 1860 que, Museo Regional, un hermoso edifi- entre otras cosas, separó la iglesia cio en el que se puede visitar la colección de etnografía que detalla la vida cotidiana de los grupos indígenas en las distintas épocas. También hay una sala dedicada al tesoro encontrado por los arqueólogos en la Tumba Siete de las ruinas - de Monte Albán. | del Estado y promovió las liberales "Leyes de Reforma", se encuentra entre los límites del casco histórico. En este museo se encuentran sus objetos personales y se cuenta su historia. E Oaxaca dio también otro presidente a los mexicanos: Porfirio Díaz, quien gobernó con mano de hierro durante 34 años y a quien se atribuye la frase "¡Pobre México!, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos". Durante su goblerno, a principios del siglo XX, México trató de acercarse a Europa. El afrancesamiento de la época se nota en el magnífico edificio del Teatro Macedonio Alcalá. - Pero la joya más interesante de la arquitectura de la ciudad se encuentra donde termina la peatonal, en la Iglesia de Santo Domingo. Su interior barroco, uno de los más her-mosos de México, avasalla con un Huellas de antiguos pueblos En los alrededores de Oaxaca, las ruinas de Monte Albán y Mitla remontan al pasado de la región. Monte Albán parece suspendida en el cielo. Las nubes flotan indifer- entes, las montañas amenazan con. sus sombras y los valles parecen ahogarse en lo profundo. Los zapotecas vivieron allí del 500 a.C. al 800 d.C. | Er En la iglesia de cúpulas anaran.Jadas, en Mitla, una mujer india de piel ajada se persigna. En súu gesto conviven las dos Oaxacas: la colo- nial y la indígena, | Son Y. Catedral barroca. En la glorieta, en casa del siglo XVI, reúne las piezas prehispánicas de la colección del famoso pintor oaxaqueño. En la llamada "casa de Hernán Cortés", aunque en realidad fue construida varios siglos después de la llegada 1 arde de domingo en Oaxaca. Niñas con cintitas blancas corren tras sus globos, junto a la fachada de la cierta ME>Ii=o Premier SEPTIEMBRE 18, 2008 |