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Show MAYO 27, 2005 No | más sobre | -— OPINION controversia las razas! - ace unos 10 años, yo tenía un programa de radio junto con otro locutor afroamericano, todas las noches, en Los Ángeles. El tema candente del momento era !oh, sorpresa! la . inmigración ilegal. Una noche, estábamos hablando sobre si los inmigrantes les sacan empleos a los afroamericanos. Yo insistía en que no lo hacían y en que había muchos trabajos que los negros no querían desempeñar. Mi compañero locutor me desafió a nombrar uno de ellos. Está bien, dije, teniendo en cuenta el contexto histórico: “¿Qué te parece la cosecha del algodón?” Creo que al principio se ofendió. Pero después, de mala gana, estuvo de acuerdo en darme la razón. Es bien sabido que los negros hacían ese trabajo en una época, dijo. ¿Por qué deberían hacerlo ahora? Creo e sus cias fueron: “Ya estuvieron en esa situación y ya lo hicieron”. : (Por ser alguien que se crió en la zona agrícola del centro de California, debo conceder que el algodón no es la mejor cosecha sobre la cual apoyar esta idea, ya que en su mayor parte se cosecha a máquina. Pero, aun en la actualidad, hay muchas cosechas que se hacen a mano, incluyendo la mayor parte de los vegetales y frutas). Aquel viejo compañero radial sigue siendo mi amigo. Y recordé nuestro intercambio en aquel programa, cuando el presidente mexicano Vicente Fox, que trató de explicar el mismo punto de aquella conversación, se encontró de pronto con la cara llena de huevos rancheros. Cuando dirigía la palabra a un grupo empresarial en una conferencia en Puerto Vallarta, Fox señaló que, en Estados Unidos, los inmigrantes mexicanos a menudo realizan los trabajos más duros, del tipo que —como le gusta decir al presidente Bush— “los estadounidenses no harán”. . Fox podría haber dicho eso y a nadie se le hubiera movido un pelo. Pero en cambio dijo lo'siguiente: que los inmigrantes mexicanos están “haciendo trabajos que ni siquiera los negros desean hacer”. - Foxse niega a disculparse, e insiste en que fue mal interpretado. Pero en ' conversaciones telefónicas con Jesse Jackson y Al Sharpton, y más tarde en una reunión con Jackson'en México, el presidente mexicano expresó su pesar por sus comentarios. Qué lío. Lo que Fox dijo fue torpe y no fue políticamente correcto. Pero tampoco fue incorrecto en cuanto a los hechos. _No me malentiendan. Fox manejó mal todo este asunto, y —al hacerle al juego a Jackson y | Sharpton, mercaderes oportunistas de los reclamos, que sólo se representan a sí mismos— continúa haciéndolo. No debería haber individualizado a un grupo de estadaimidengas —en este caso los afroamericanos— para explicar lo esenciales que son los inmigrantes mexicanos para, la economía ¡estadounidense. También, yo hubiera preferido que hubiera eliminado ese “ni siquiera”, que hizo sonar la frase como si Fox estuviera diciendo que los negros están en el fondo de la j jerarquía y dispuestos a hacer casi todo. Y los trabajos que no hagan, los harán los inmigrantes. Quizás eso es exactamente lo que quiso decir Fox. Hay un viejo dicho en México que sostiene que uno tiene que trabajar como un negro para vivir como un blanco. Los mexicanos insisten en que los términos no se refierena ser negro O blanco en México, sino más bien a lo que, según los mexicanos, es necesario para tener éxito en Estados Unidos. Sea como sea, Fox tenía razón sobre el hecho de que los inmigrantes mexicanos — incluso los de la variedad ilegal— se han convertido en los jugadores más valiosos de la economía estadounidense. A los estadounidenses les gusta decir que eso se debe a la caída de los salarios. Pero se debe más que : nada, a la declinación de la ética del trabajo y a lo que pasa como progreso de una generación a otra. Desde los mataderos de Nebraska hasta las plantas avícolas de Colorado, los inmigrantes mexicanos están haciendo tareas arduas y sucias, que generaciones anteriores de estadounidenses hicieron alguna vez, pero me ahora sus hijosy nietos se enorgullecen de no tener que continuar haciendo. Así funcionan las cosas en este país. Se supone que cada generación debe tener un trabajo más fácil que la anterior. Lo aceptamos. Lo esperamos. Que esos estadounidenses sean negros, blancos, marrones o púrpura, no importa. Lo que importa es que, como estadounidenses, muchas de estas personas han pasado a considerar cosas como el trabajo de oficina, las manos suaves y los días cortos de trabajo como derechos —cosas que nos llegan porque tuvimos la suerte de nacer en este país. Es una lástima. Y ésa es exactamente la conversación que o tener en este momento, en lugar de otra agria pelea sobre la raza. II |