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Show P .4 0 % ! 3 & & , 3 & 7 % ! % 4 ( 4 ! 2 * + ! % ! 3 # - - 5 OPINIÓN 1/'4(4,) %4,+4,) !1 """.,6/+,$',6.(/2 .,+-!# ) Cagle Cartoons Que se escuche su voz » Envíe cartas al editor a Ahora Utah al 90 S. 400 West, Oficina 700, Salt Lake City, UT 84101 o a cartas@ahorautah.com '!$*#+,/&! ) Andrés Oppenheimer Llamadas al exterior indican las prioridades de Obama Si ustedes quieren saber cómo el presidente electo Barack Obama y su equipo de transición ven el resto del mundo, he aquí una manera poco científica pero muy interesante de averiguarlo: observar el orden de las llamadas telefónicas de Obama a los líderes extranjeros tras las elecciones del 4 de noviembre. En base a lo que pude establecer examinando los comunicados de prensa del sitio web de Obama, www. change.gov, y a entrevistas que realicé con miembros de su equipo de transición, el presidente electo ha estado llamando a líderes extranjeros desde el 6 de noviembre. Los asistentes de Obama sólo me dieron los países a cuyos mandatarios llamó Obama por orden alfabético, señalando que no siempre se puede leer algo en el orden en el que fueron llamados los mandatarios. Sin embargo, si ustedes coinciden conmigo en que Obama probablemente respondió los llamados de felicitación de los líderes extranjeros en orden de importancia, vemos que emerge un cuadro interesante: — El 6 de noviembre Obama llamó a nueve líderes extranjeros: los de Canadá, México, el Reino Unido, Israel, Francia, Alemania, Japón, Corea del Sur y Australia (no he respetado el orden alfabético de la lista que me dio el equipo de Obama, porque algo me dice que Australia no fue el primer país que llamó el presidente electo después de ganar las elecciones). — Entre el 7 y el 10 de noviembre Obama llamó a los líderes de China, Rusia, Arabia Saudita, Pakistán, Egipto, Italia, España, Turquía, Ucrania y al comandante de la OTAN. (Nuevamente, no he seguido el orden alfabético de la lista oficial de este grupo, ya que tengo problemas en creer que Obama llamó a Ucrania antes que a China, o Rusia). — El 11 de noviembre llamó al Papa Benedicto XVI y a los líderes de Kenya, India, Brasil y Jordania. — El 17 de noviembre llamó a los líderes de Georgia, Filipinas y Turquía. — El 18 de noviembre llamó a los líderes de Irlanda, Chile, Argentina, la Autoridad Palestina y Kazajistán. — El 19 de noviembre llamó a los líderes de Nigeria, Senegal, Sudáfrica, Colombia y al Secretario General de las Naciones Unidas. — Entre el 20 y el 24 de noviembre llamó a los presidentes de Afganistán, Indonesia, Haití y al presidente de la Comisión Europea. — A partir del 24 de noviembre ha estado llamando a los líderes de países y organizaciones internacionales más pequeños, incluyendo una llamada del 26 de noviembre al líder de los .!#+* %!"(*/+!# ) Cagle Cartoons Emiratos Árabes Unidos. Cuando le pregunté sobre la lista, un miembro del equipo de transición de Obama me dijo: “Hubo ocasiones en las que el orden en que se devolvieron las llamadas estuvo determinado por conflictos de agenda, ya que tuvimos que encontrar un momento adecuado para el líder al que llamábamos y para el presidente electo”. Sin embargo, el cuadro general que emerge de las llamadas telefónicas de Obama indica que empezó llamando a los vecinos inmediatos de Estados Unidos, a sus aliados más estrechos. Además de Canadá y México, algunas de las primeras llamadas que hizo fueron a Inglaterra, Alemania, Japón y Corea del Sur. Inmediatamente después llamó a los mayores rivales de Washington y algunos de los países de mayor importancia estratégica del mundo, incluyendo a China, Rusia, Arabia Saudita y Pakistán. Después, llamó a las potencias emergentes, como India y Brasil, y luego al resto del mundo. ¿Qué fue lo que más me sorprendió de la cronología de los llamados? Entre otras cosas, que no haya llamado aún al presidente de Irak, y que se haya tomado más de dos semanas y por lo menos 33 otros llamados a líderes extranjeros antes de llamar a Colombia, un aliado clave de Estados Unidos en el hemisferio. Mi opinión: A juzgar por el orden de sus llamadas a líderes extranjeros, Obama confirma lo que ya sabemos a partir de los nombramientos para su gabinete: su administración cambiará la política exterior del gobierno de Bush pero no implicará un cambio radical de la diplomacia tradicional de Estados Unidos. Lo que me preocupa un poco es la baja prioridad que le dio a Latinoamérica, una región que debería ser considerada más importante para Washington que ninguna otra en lo que pertenece a temas que afectan la vida cotidiana de los estadounidenses, incluyendo el comercio, el tráfico de drogas, la inmigración, el medio ambiente y el petróleo (efectivamente, Estados Unidos importa más petróleo del continente americano que del Medio Oriente). Vamos hacia una economía global regionalizada en la que el mundo estará dividido en tres bloques: las Américas, Asia y Europa. Para seguir siendo competitivo y expandir sus mercados, Estados Unidos tendrá que promover relaciones económicas más estrechas con sus vecinos del sur, y viceversa. Por favor téngalo en cuenta, señor presidente electo. Estamos entusiasmados con su elección y por los nombramientos que ha hecho hasta ahora, pero estaríamos aun más contentos si colocara a sus vecinos latinoamericanos en un lugar un poco más alto de su lista. '!$*#+,/&! ) Eduardo Valle Panorama demuestra que la actual recesión es global y estructural Los gobiernos nacionales preparan medidas para paliar el impacto en empleo y consumo. Norteamérica deberá atender cuestiones de agua y bosques, pero también infraestructura y comercio. Las respuestas deberán ser generales e integrales. Ya no se trata sólo del mundo financiero y del crédito, ahora la recesión avanza afectando la producción, el consumo y los precios. El caso ahora más destacado es el del crudo petrolero; la mezcla mexicana se encuentra ya 18 dólares abajo de lo presupuestado. Pronto los productores de gas y crudo instrumentarán políticas para recuperar precios, contener la volatilidad y buscar una relativa estabilidad del mercado. Los gobiernos nacionales preparan medidas anticíclicas a efecto de paliar los serios problemas que la recesión implica de inmediato para las esferas del empleo y el consumo, así como las relaciones económico-financieras de los polos más desarrollados —Estados Unidos y Europa—, y de estos núcleos con naciones como China, Rusia, India y Brasil requieren en forma necesaria de un marco y propósitos comunes, mejor si son de largo plazo, también el subcontinente norteamericano como región los demanda. Veamos: Dos gobernadores de estados fronterizos con México se encuentran en el gabinete de Barack Obama: Janet Napolitano en seguridad doméstica y Bill Richardson (quien fue secretario de Energía con Bill Clinton) en Comercio. Ese es un dato que en forma alguna debe ser minusvaluado porque de inmediato entran a escena los temas esenciales de inmigración y relaciones comerciales en el conjunto norteamericano —una región que además deberá atender cuestiones como el agua, los bosques y el medio ambiente, pero también los de infraestructura y el comercio en las fronteras. Con toda evidencia, la región está obligada a enfrentar los temas de la seguridad nacional y pública de los tres países. Ello significa (obvio) acciones colectivas contra el terrorismo, y más cerca, para desarticular a las empresas criminales internacionales pues esas empresas representan ya —para las tres naciones— enormes retos, incluso hacia el interior del Estado, dado el nivel de corrupción demostrado principalmente en México. Pero ojo: no sólo en México. Hasta ahora los mayores casos de corrupción en EU se muestran al nivel de los condados (sherifes, por ejemplo) y en mandos de bajo nivel de carácter federal. Pero las manifestaciones de violencia y corrupción adquieren nuevas facetas al norte de la frontera con México. Y hasta en Canadá. Las acciones de las empresas criminales las muestran, en efecto, mucho más organizadas y con mejor estrategia que los estados nacionales (Tony Garza dixit); estos más desorganizados y con visión más corta. Estas empresas también muestran, en forma paradójica o trágica, que los niveles reales de integración en el subcontinente están mucho más adelante de lo reconocido o aceptado en las formas diplomáticas y políticas. ¿Entonces? La inauguración del gobierno de Obama abre una extraordinaria oportunidad: reconocer la nueva realidad de la interdependencia y avanzar en forma más inteligente y ordenada en la integración del subcontinente. Resulta indispensable no sólo una oficina norteamericana de inteligencia y control de drogas; y no es suficiente la visa zeta propuesta por el presidente Bush (una solución que bien podría adoptar el emproblemado gobierno de Canadá). Lo urgente y necesario es una especie de Plan Marshall para el subcontinente: un plan tripartita para abrir nuevas ventanas para la integración y consolidar lo mejor de lo logrado hasta hoy, un proyecto donde los asuntos de agua y reforestación son particularmente vitales para México, un país devastado en lo ecológico de manera inconcebible: ciega y brutal. Lo otro es continuar por una senda en la cual la voluntad política cuenta y mucho; pero se queda rezagada siempre frente a la realidad económica, cultural, social de Norteamérica. Negociar en forma abierta como socios y ocupantes de un mismo espacio geográfico, un proyecto tripartita de esas características, significaría también —frente a los fanatismos nacionalistas o aislacionistas—, una medida civilizadora y de diálogo, y de promoción del desarrollo para toda la región. Surgirían, por supuesto, nuevas cuestiones y problemas, pero bajo una nueva perspectiva global. Envíe susideas. calendar@ahorautah.com |